Le pido a José Manuel Martínez, de CCOO y Presidente del Comité de Empresa, que me defina a Rafael Moreno, cómo lo ve él, y tras pensárselo unos segundos responde: «pues la verdad, es que el señor alcalde es una persona, cómo le diría yo… que o eres cómo él quiere que seas, o eres su enemigo para siempre. No sé si me he explicado. O estás con él, o eres su enemigo.»
Los problemas de José Manuel Martínez o de Manuel Bejarano, policía municipal de baja por depresión tras recibir amenazas de muerte anónimas en su domicilio, empezaron cuando reclamaron al Ayuntamiento el pago de 8 nóminas atrasadas mientras el alcalde gastaba 11.000 euros en DVDs para promocionar la piscina municipal.
Pero sobre todo, cuando ambos llamaron la atención sobre la turbia política de centenares puestos de trabajos a dedo, al parecer incluso sin contrato, para «afines» al partido socialista.
«A mi me consta que hay personas que han estado trabajando dos meses y han estado dadas de alta una semana. Por la calle vemos más personas trabajando de los contratos que nos han dado. Por ejemplo, nos corresponden 17 y en los Decretos de alcaldía hay más de 40 personas», relata José Manuel. En estos decretos existe un capítulo con la nada concreta denominación de «Otro personal». Al presidente del Comité de Empresa le «consta» que esos trabajadores «han cobrado pero no cómo les han pagado. Concluye: «Información cero, de ningún tipo».
Han hecho hasta tres escritos preguntando cuánto personal tiene empleado el Ayuntamiento, dónde están trabajando y el puesto que ocupan. Llegado este momento, incluso este miembro de CCOO llega a reconocer que 160 son muchos contratados para un municipio que no llega a los 3.000 habitantes, dice: «hombre, sobre la medida de otros pueblos que están alrededor pues como mucho, mucho 70, 80, y estoy elevando mucho la plantilla».
Y es que el alcalde juega esta baza hace años y la estaría utilizando. Martínez reconoce por teléfono: «la verdad, hay mucha gente que tiene miedo a perder su trabajo».
Tal es el miedo que, según María Eugenia Moreno Oropesa, portavoz del PP local, cuando algún trabajador del Ayuntamiento quiere «contar un problema» a la oposición se organizan «reuniones clandestinas como si estuviéramos en tiempo de Dictadura». Muchos vecinos han confesado a María Eugenia que prefieren evitar levantar sospechas porque luego el alcalde les pregunta expresamente, que «qué tenían que hablar con la del PP más de cinco minutos». Cuenta con resignación, «lo normal es reunirse fuera del pueblo». Pero si no, ya el colmo del surrealismo, lo más seguro es sin duda acudir a esos lugares donde las paredes ya no pueden ni escuchar: los cementerios. Una mañana, recibió una llamada para citarla en el campo santo del pueblo, relata María Eugenia, «y me tuve que reunir allí, a pesar de ser contraria total a las visitas a los cementerios.» El alcalde, en el juicio en el que fue condenado por insultar en Twitter, alegó en su defensa que en casa el denunciante se reunía la cúpula del PP. Muy sospechoso… Y lo advirtió en un tweed: «ojo, que esta señora quiere gobernarnos en el futuro».
«Se hizo pasar por amenazado de ETA»
Acallar ciertas voces, hasta límites insospechados. En 2008 el regidor socialista puso una querella criminal a la portavoz del PP por revelación de secretos. El secreto revelado fue publicar en el blog del PP la matrícula de su coche oficial. Rafael Moreno aportó en ese juicio un informe de la Jefatura de la policía local, a pesar de «que no había en ese momento jefe de la policía local», asegura la portavoz popular, en el que «no rezaba ni nombre del agente, ni su DNI, ni nada que le identificara».
¿Por qué? En el documento se afirmaba que con motivo de las Elecciones generales Rafael Moreno era objetivo de ETA. La denuncia fue archivada dos veces porque no se pudo demostrar tal amenaza, que desmintió además la Delegada del Gobierno andaluz. «Lo cierto es que ahí te das cuenta de lo que este señor es capaz de hacer para frenar alguna voz que se alce en su contra», dice María Eugenia.
En esta noria de despropósitos, los vecinos de Huévar, además de correr con los gastos de los miles de «Bandos-DVD» también han pagado las facturas de los abogados que han defendido a este regidor sevillano en varios procesos judiciales.
Hablando de coches
En la voz de la popular se percibe resignación tras años de denuncias y de insultos. Un día cuando entraba en su casa con su marido se paró a su altura un coche, se bajó la ventanilla y la señora Rosario, la mujer del alcalde, sacó la cabeza: «tortillera, puta, hija de la gran puta, te tengo que echar de Huévar y te tienes que tragar tu cámara». En el coche iba también el alcalde y sí, iban en el coche oficial del Ayuntamiento.
María Eugenia lo denunció pero sin éxito, porque prescribió en el pequeño juzgado de paz local en el que la secretaria judicial también se ocupaba del programa electoral del PSOE. «Juegos de manos, en los que seguro que también tuvo que ver el propio juez de paz «, asegura la popular.
Y como no, también en este caso, está presente la palabra de moda hace unos años, el Urbanismo. No todo iba a ser ideología. El PP puso en conocimiento de la Fiscalía el desvío de fondos procedentes del 10% de aprovechamiento urbanístico para el abono de nóminas, en vez de revertir como marca la ley andaluza en obra pública. La cantidad: 1.981.345 euros.
Las primeras reacciones del alcalde de Huévar del Aljarafe, cuando la semana pasada leyó la primera entrega del reportaje, fueron una serie de tuits contra esta casa, Libertad Digital: «el asunto está en manos del abogado, ya me dirá. Yo creo que hay motivos de denuncia o querella». «No creerá el PP, sus colaboradores habituales y la caverna que me van a amedrentar con seudo reportajes manipulados e injuriosos.» En la caverna solo se ven las sombras y hay que salir fuera, a ver la realidad. Lo explicó hace ya unos años Platón y quizá, digo yo, sea esa precisamente la labor de un periodista.
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