Corrupción en España agravada con competencia desleal


Las prebendas son más antiguas que la democracia. Así se llamaban a los beneficios que recibían los gobernantes o reyes por bendecir o apadrinar los negocios de comerciantes en detrimento de otros. En nuestra actualidad se llama comisión y está contemplado en los precios de las empresas de la misma manera que se les paga a los vendedores.

En la empresa privada, el departamento encargado de las compras tiene la obligación de conseguir el mejor producto al menor precio y con las mejores condiciones. Para ellos no sólo pide varios presupuestos, sino que además se realizan licitaciones y por lo general a sobre cerrado. Por supuesto está mal visto que un responsable de departamento reciba regalos de sus proveedores, porque esas atenciones luego distorsionan la imparcialidad a la hora de futuras decisiones.

En las democracias somos todos socios y pagamos mediante impuestos los diferentes servicios que percibimos. Se supone que ya pagamos unos sueldos públicos y transparentes y los cargos serán ocupados por personas capaces y al menos controladas. Pedir además honestidad es casi una utopía. Mi frase para los políticos es que el más honesto es el que menos roba o mira para otro lado.

No entiendo por qué es tan difícil controlar los movimientos bancarios o el nivel de vida de políticos, funcionarios y empresas prestadoras de servicios. Es evidente que el sistema funciona persiguiendo a los trabajadores, autónomos y pequeños empresarios, mientras hace la vista gorda con los “Señores feudales”.

Y además menos entiendo que nuestras instituciones trabajen tan alegremente con nuestro dinero sin controles reales o al menos similares a los que se utilizan en el sector privado. Mucho menos entiendo que los funcionarios sean intocables, y me refiero a los que No trabajan como deberían. Y todos conocemos casos, pero esto no es o que me preocupa ahora.

Lo que realmente me fastidia es que la corrupción mafiosa de nuestra democracia arruina empresas grandes y pequeñas, comercios, autónomos, profesionales y familias enteras. Cuando se descubren casos de corrupción, hay empresas que inflaron sus precios para pagar sobornos y ganar contratos y otras empresas perdieron y se arruinaron. Y me puedo cansar de nombrar ejemplos. Es verdad que no se puede generar negocios alrededor del estado, pero todo es un círculo.

Los proveedores del estado son muy diversos. Estudios de abogados, consultores, empresas y sobre todo bancos. Sólo con navegar un poco por internet se pueden ver empresas que tienen como clientes ayuntamientos o diferentes organismos públicos. Es muy sencillo enviar inspecciones de hacienda y realizar auditorías. Siempre que haya interés claro.

Me pregunto qué pensarán sobre los Bancos españoles las agencias de viajes, las compañías de seguros de vida, empresas de seguros médicos, agencias inmobiliarias, constructores, arquitectos, abogados e incluso las concesionarias de coches. ¿Es que nadie visita un banco?  Es que nadie se pregunta por qué hemos pagado de nuestro bolsillo las pérdidas de los bancos por su mala gestión. Bueno, lo de mala gestión es para cogerlo con pinzas, porque de Enero a Enero el único que gana es el Banquero.

Tenemos competencia desleal, pero con nuestro dinero y lo que es peor, con nuestros votos. PP, PSOE, Izquierda, CIU, Sindicatos. Y nos envían un aprendiz de Fidel Castro y Chávez como mesías.

Pablo Mesones Moure

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